sábado, 6 de agosto de 2016

DÍA 6: HUMILDAD - ORGULLO (Jueves 4)

Hoy los monitores nos despertaron con un bote que tenía la tapa atascada y buscaban al más fuerte para abrirla... Pero, a pesar de que algunos muy chulitos dijeron que era chupado, ninguno lo consiguió, y la tapa quedo sin abrir. 
Empezamos el día hablando de la humildad y hablando de que no podemos ir de sobrados creyendo que sabemos hacerlo todo bien.



Desayunamos y después nos planteamos que hacer con las fotos y la información que nos llegó desde el museo.
Tenemos los datos necesarios para construirla pero... ¿Quién podría hacerlo?

 

Los monitores propusieron ideas: escayola, barro, plomo, madera, barro, poliuretano, fimo... Así que divididos en equipos hicimos réplicas de la llave.



Al final de la mañana teníamos un montón de réplicas... y nos juntamos para ver si alguna nos abriría las puertas del paraíso.


Pero al probarlas: o rompían o no tenían la medida necesaria...
Así que con la moral por el suelo nos fuimos a comer. Los monitores no dejaron de investigar y decidieron buscar un herrero que nos hiciese una réplica exacta.


Después de buscar mucho por fin encontramos al viejo Joe. Nos dijeron que era un manitas y un genio del herraje... parece ser que a él nada se le resiste.



Después de comer Ana nos contó el cuento de Punchinello, la historia de un muñeco de madera que vivía en una ciudad donde ponían etiquetas a las personas listas y habilidosas. Pensamos que era algo muy molón así que decidimos probarlo.



Tuvimos que hacer pequeñas pruebas y nos ponían etiquetas de buen amigo o mal amigo, de listo o poco listo (una de las preguntas era el nombre del rey de España… ni idea jejeje), habilidosos o torpes… así que todos quedaron llenos de etiquetas que otros le habían puesto.
Además todos tuvimos la oportunidad de “autoetiquetarnos”.


Con algunas historias de la Biblia, como la de Juan, Pudimos pensar en lo importante que es ser humildes, porque el orgullo no conoce a nada. Si nos creemos tan buenos y superiores en todo... será que no necesitamos a nadie más, ni siquiera a Jesús.



Eso no quiere decir que no podamos decir las cosas que hacemos bien y usar nuestros talentos y mejores cualidades, pero sin creernos mejores que nadie. Ana nos recodó que a Dios le gusta escuchar nuestras cosas, incluso que le contemos lo que mejor sabemos hacer, pero sin ser orgullosos ni creernos mejores que nadie. 



A las 4 apareció por la Pradeira el viejo Joe. Le dijimos que la llave era vital para nosotros pero que no podíamos darle más detalles. 



Nos dijo que era algo muy fácil... que la haría con los ojos cerrados... que eso era una tontería para él... que va sobrado y no entendía porque perdimos tiempo intentando hacerlo en vez de llamarlo antes. Se comprometió a volver a la noche con la llave. 



Nos quedamos felices así que decidimos pasar la tarde relajada en la piscina juegos chiringo y demás... deseando que llegase la noche para entrar en el paraíso.



Antes de cenar llego el viejo Joe. Todos estábamos como locos por ver la llave pero él se hizo de rogar... se quedó a cenar pero no decía nada. Después de cenar nos juntamos con el baúl deseando abrirlo.


Joe no tuvo más remedio que reconocer que se había pasado de listo... Que el tipo de forja y de trabajo que le pedimos era imposible para él...Reconoció delante nuestra que se había pasado de orgulloso y que le faltó ser un poco más humilde y no creer que él podría hacer cualquier cosa.


Agradecimos su sinceridad pero nos quedamos muy chafados. Terminamos el día hablando del orgullo y del daño que nos puede hacer. Nos despedimos cantando antes de irnos a la cama... gracias a la súper banda!!



A ver como resolvemos esto... de momento....
¡¡¡PISSSSS....CAMA!!!

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